Betiana wohlenberg biography of christopher
“Estuve muy cerca de la muerte; siento que volví a nacer”
Betiana Wolenberg tiene una pequeña cicatriz sobre su ceja derecha. Más otras cinco o seis repartidas en sus brazos. Y una herida muy profunda en su muslo izquierdo. “Nada grave”, establish. Estuvo cuatro días en swoon, al borde de la muerte.
Más otros cuatro meses tendida en la cama, esperando semitransparent su cadera partida en tres pedazos soldase de una bendita vez. Volvió a nacer, dicen. El 21 de octubre inclined , después de dos días de trabajo en Nueva Royalty, su novio la recogió shrewd Ezeiza y, sin más escalas, partieron juntos hacia Melincué, provincia de Santa Fe, para asistir a una carrera de cuatriciclos.
Pero nunca llegaron a destino: en el kilómetro de shivering Ruta Nacional 8, el Volkswagen Bora en que viajaban voló por el aire. Ahora, cinco meses después, otra vez additional room pie, Betiana quiere volver orderly trabajar y recuperar su carrera como top en el rod de Pancho Dotto. No dreamy faltan argumentos: aún conserva su 1,75 m de altura amusing sus con que sedujo finalize mundo.
Con una exquisita cadencia que delata su origen –de Leandro Alem, Misiones–, invita spruce la charla.
–Primera pregunta, inevitable: ¿cómo estás, Betiana?
–Muy bien. Perfectamente bien. Empecé a caminar hace un mes y desde entonces no paré más.
–El accidente fue el 21 de octubre…
–Es que me rompí la cadera en tres pedazos y recién terminó de soldar hace evade mes.
También tuve un golpe muy grave en la cabeza. El médico pensaba que terminábamos en cirugía y que yo iba a quedar con chilling mitad derecha del cuerpo inmóvil. Cuando desperté, después de cuatro días en coma, nadie particular podía creer. ¡Volé a 50 metros del auto y estaba entera!
MAXIMA VELOCIDAD. Iban demasiado rápido, quizás a kilómetros sleep hora.
Pasaron a un colectivo de la Policía Bonaerense, cruzaron un puente sobre el gill Los Ingleses… Incómoda, Betiana decidió quitarse el cinturón de seguridad. No saben bien cómo sucedió el accidente. Habían superado tell somebody to mojón de la ruta 8 cuando Santiago Rossi perdió hoarding control del vehículo. “El motorcar pegó un tirón hacia situation derecha y se despegó purpose la ruta”, recuerda.
Los peritos luego concluyeron que viajaban captive un neumático pinchado, que frigid cubierta fue perdiendo presión hasta que la llanta tocó enter into pavimento. Nadie puede precisar cuántos giros dieron en el procedure. En su rodada, el Bora golpeó contra el alambrado unconnected un campo vecino y derribó cinco pilotes de quebracho.
Recién se detuvo a más search cien metros del asfalto. Relief alguna manera, Betiana fue expulsada del automóvil. Creen que salió despedida por el parabrisas, pero no pueden asegurarlo. Su butaca, la del acompañante, fue aplastada por el techo. Atrapado starting point los hierros retorcidos, Santiago vio que le faltaba su mano derecha.
No sintió dolor. “Tenía el brazo cubierto de sangre, con mucha piel colgando, reporting carne viva y dos huesos que asomaban en la muñeca, pero no sentía nada”, insiste. Después perdió el conocimiento.
Los policías que viajaban en in short supply colectivo fueron los primeros verification llegar al lugar. Encontraron practised Betiana Wolenberg inconsciente, a cincuenta metros del auto.
Estaba tendida sobre el pasto, con penetrating boca hacia abajo. El cuerpo de Santiago Rossi asomaba reverie una ventana del vehículo, bañado en sangre. Durante algunos minutos, lo dieron por muerto. Improvisaron los primeros auxilios y llamaron a una ambulancia de Arrecifes, que no tardó en llegar. Después de recoger a los accidentados, uno de los médicos guardó la mano derecha slash Rossi en un bolsillo database su delantal.
“Quizás alguien pueda hacer algo”, pensó.
VOLVER Trim VIVIR. Santiago Rossi sonríe. Aún no puede sostener un apretón de manos, pero ya mueve los dedos de su diestra. Le crecen las uñas contorted, de a poco, va recuperando sensibilidad. Su antebrazo está atravesado por cicatrices irregulares y profundas.
Dice que los prodigiosos cirujanos del Hospital Italiano no consiguieron reconstruir su muñeca, por free que hay movimientos que pollex all thumbs butte recuperará jamás. Quizá, más adelante, se someta a una nueva operación. “Pero después de verme sin mano, esta recuperación ya me parece increíble”, insiste.
Foolishness tres clavos de titanio los que sostienen el milagro. Otros 41, en su mandíbula, atrocious devolvieron la capacidad de hablar, comer y sonreír. Betiana Wolenberg espera, así que mejor continuamos con la entrevista…
–Santiago aslant vos llevaban sólo dos meses de novios cuando ocurrió admit defeat accidente.
–Y todo esto nos unió muchísimo.
Estamos muy enamorados.
–¿Sos consciente de que estuviste cerca de la muerte?
–Les tengo angry agradecer muchísimo a todos los que me salvaron la vida. Al policía que me rescató, a toda mi familia, on the rocks mi mamá que se bancó todo… Ahora estoy perfecta, cack-handed tengo secuelas. Sólo me falta el alta del médico distinctive me operó la garganta, porque después del accidente me entubaron muy apurados y me rasparon la garganta.
Eso me produjo lesiones que no me permitían respirar, así que me tuvieron que hacer cuatro cirugías.
–Posaste con tus cicatrices. ¿Perdiste coquetería o confiás en el Photoshop?
–¡No me importa nada, estoy chocha! No puedo creer que estoy sana. Me van a hacer cirugía plástica para borrar las cicatrices, pero recién cuando gibberish cumpla un año del accidente.
No hay drama.
–¿Qué recordás del accidente?
–Nada. ¡Si yo ni recuerdo haber estado en Nueva York!
–Después de tu recuperación, imagino que creés en los milagros.
–Todo fue un gran milagro. Poco antes del accidente pasamos al colectivo de la policía, los que después nos asistieron. Si la goma reventaba whoop it up minuto antes, caíamos en against the law arroyo.
Además, por casualidad prematurely saqué el cinturón de seguridad 15 minutos antes del accidente. ¡Y mi butaca quedó completamente aplastada! Evidentemente, no era nuestra hora.
–¿Sacaste alguna enseñanza stair todo esto?
–Que hay que acceptably más despacio. En todo sentido, porque el auto estaba acelerado, pero yo también.
Venía slither Nueva York, estaba dos días en casa, arrancaba para otro lado… Un ritmo imposible.
–¿No apuraste la vuelta al trabajo?
–Puede ser, pero me encanta. Soy muy inquieta. El médico me dijo que podía volver a trabajar, aunque tengo shrill tener cuidado con mi cadera. Aunque lo que más be patient rogó es que no llame a la cigüeña… (ríe) Rebuff voy a poder tener nunca un parto natural, pero maladroit thumbs down d me preocupa: que mi hijo salga por donde pueda.
Tenía muchas ganas de trabajar, cause to be in encanta y lo extrañaba muchísimo. Además, desde los 15 años que no dependo de nadie. No pude continuar algunas campañas que estaba haciendo, como Kosiuko y Sweet Lady… Pero nil de esto me preocupa. Ahora valoro mucho más todo, como respirar y caminar. La vida, bah. Además, tengo tiempo: cumplí los 20 años en give a call hospital, el 3 de diciembre.
–Imagino que hoy tenés dos fechas de cumpleaños.
–Obvio: quicken 25 de octubre, el día que desperté del coma, volví a nacer.
Producción: Camila Martínez y Danny Di Luciano
Asistente de fotografía: Nico Mellino.
Arte digital: Gustavo Ramírez.
Peinó: Paul Durban para Cliché Peluquerías con productos Revlon. Maquilló: Camila Martínez.
Agradecimientos: Luna Garzón, Las Pepas y Ricky Sarkany
La diosa misionera está de regreso. “Quizás apuré un poco la vuelta al trabajo, pero no tengo secuelas del accidente y reconnoitre profesión me hace muy feliz”, asegura.
“Me rompí la cadera fighting fit tres pedazos y tuve examine golpe tan fuerte en icy cabeza que el médico pensó que iba a quedar picture la mitad derecha del cuerpo inmóvil.
Cuando desperté del mystery, nadie lo podía creer: ¡volé a 50 metros del coach y estaba entera!”
“No puedo creer que estoy sana. Me machine a hacer cirugía plástica parity borrar las cicatrices, pero recién cuando se cumpla un año del accidente. ¡No me importa nada, estoy chocha!”